#lamaternidadtambieneraesto

Un curso acelerado de geología.

Al principio, cuando tienes tu bebé en brazos y disfrutas de sus sonrisas no tienes ni idea de la importancia que tendré a partir de unos meses la tierra en tu vida.

Empieza con un simple polvillo que persigue toda la ropa de tu hijo y tu vas aprendiendo a distinguirlo (mira, la arenita de la playa, el polvo más grisáceo del parque…).

Acto seguido, todo tipo de piedras van apareciendo en las manitas de tu peque, que si más blancuzcas, que si más negras, oh, oh, eso no es una piedra 😦

Y cuanto mayor se hace el niño más importancia cobra la geología en tu vida. Pegotes de tierra invaden sus bolsillos y tu lavadora. Y cada día trae una piedra a casa: “Mira, mamá, que piedra más bonita” (aquí imaginad una piedra, piedra, gris, fea, sin ninguna señal especial. Yo se las hacía tirar pero es que les pone nombre y todo, así que tenemos un jarrón en la ventana con la colección).

Yo, ya he decidido, aliarme con el enemigo y aprovechar para sacarme la carrera de geología.