Ha llegado la hora: el pequeño R* con 13 meses se va a su habitación.
Me gusta dormir con mis hijos. A A* lo metimos en la cama por agotamiento y con R* ya sabíamos desde el principio que durante los primeros meses iba a dormir ahí. Es una sensación preciosa dormir junto a tu hijo y notar su respiración tranquila junto a ti.
Dormir con niños es muy bonito, sí, pero desengañémonos también tiene muchos inconvenientes: no poder moverte casi en toda la noche, no poder leer tranquilamente en la cama… Así que a los 13 meses y con las vacaciones navideñas como periodo de adaptación hemos puesto a R* en su habitación.
Ha sido un salto al vacío porque el pequeño se despierta mucho por las noches y tener que ir a su habitación supone doble esfuerzo como padres. Pero justamente lo hemos hecho por eso. A veces, el hecho de tener la teta ahí demasiado a mano le hacía necesitarla demasiado y apenas dormía profundamente (él… y yo). Y con el cambio creemos que irá ganando en tranquilidad al dormir.
No se trata de dejarlo llorar. Sencillamente, intentamos calmarlo, darle teta cuando lo necesita o incluso mecerlo un poco si hace falta pero dejarlo en su cuna cuando está relajado para que poco a poco vaya aprendiendo a dormir solo.
De momento hemos tenido noches más tranquilas y noches más movidas pero como dormía tan mal y, como mínimo, ahora podemos repartir los despertares entre los papis, ha supuesto un poco de mejora para mí (el padre en cuestión no opina lo mismo jaja).
Esperamos que en unas semanas ya esté adaptado del todo y todos podamos dormir mucho mejor. Y si alguien tiene algún secreto para hacer dormir a los niños estaremos encantados de escucharlo!