¿Compramos demasiado?

Las Navidades se han portado muy bien conmigo. He tenido más regalos de los necesarios y he podido hacer muchos y muy deseados regalos. Además como se nota que me conocen muy bien he recibido muchas de las cosas que hacía tiempo que quería.

Pero, lo reconozco, he ido de rebajas. Sí, una tiene de todo… le regalan aún muchas más cosas… y a la semana siguiente se va de compras! Locuras del mundo consumista en el que vivimos.

Esta vez, pero, no me he comprado nada. Fue más bien como un acto de contricción. Como cuando tras un empacho de los grandes te plantan un plato con huevos fritos y chorizo delante. Mi cuerpo entero gritaba que ya no podía más.

Es cierto que las rebajas tientan y que cuando ves un jersey bonito o un conjunto de bebé precioso es difícil resistirse pero luego me venía la imagen del armario lleno, las dos camisas que nunca pongo a mi hijo o ese vestido que me compré y solo me he puesto una vez y se me pasaban las ganas de comprarme nada más.

Tenemos demasiadas cosas y nos hacen desear aún más cosas pero igual que tenemos que aprender a comer bien para no ir ganando peso descontroladamente también debemos aprender a comprar mejor, para no ir malgastando recursos nuestros (como se queda la tarjeta tras una tarde de shopping!)… y del planeta (ya sabéis: reutilizar es la primera de las tres rs que salvarán nuestro mundo ).

No voy a decir que no acabe pecando con algún capricho rebajado pro quiero repensar mis compras.Y, de momento, no quiero apuntarme a un reto sin compras pero el primer punto contra el hiperconsumismo es no comprar cosas que no necesitamos y pasar a pensar si no podemos reutilizar o reconvertir algo que ya tenemos y poco a poco ir dejando de comprar cosas solo por el placer de comprar (y nuestros bolsillos lo agradecerán).

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