El día a día se me come!
Trabajo, casa, niños, trabajo… Demasiadas cosas a hacer, siempre tengo una lavadora por tender, un post por escribir, algo por cocinar.
Con este ritmo no es de estrañar que, a veces, se me olviden las cosas importante. Y con los niños, muchas veces, lo importante es solamente estar ahí. Escucharles, pero escucharles de verdad, sin prisas. Y dejarte llevar por sus juegos.
Me voy a reservar en la agenda tiempo para jugar.
Jugar, dejándote llevar, sin un fin concreto y sin pensar en lo que hay por hacer. Jugar a hacer el bruto. A inventar canciones tontas. O a tirar la pelota.
Un rato sólo de juegos y risas… Y ¡compensa!