Si pienso en extraescolares pienso en clases de inglés y partidos de básquet los sábados por la mañana. Esas son las actividades extra curriculares de mi infancia.
Había que estudiar inglés (todo el mundo lo decía y como no se daba en la escuela pues tocaba estudiarlo fuera) y había que hacer algo de deporte (podías escoger entre futbol, básquet o danza para las niñas). Así lo hacíamos en mi casa y entre la mayoría de mis compañeros.
A la hora de escoger extraescolares para A* reconozco que las cosas han cambiado para bien y me enfrento al mundo de las múltiples posibilidades. Hay muchas opciones y todas parecen interesantes para la futura educación de los niños.
Estudiar algo de música parece tener cualidades casi mágicas. Es bueno para la concentración, psicomotricidad fina, desarrollar la autoestima y muchísimas cosas más entre las que destacan las matemáticas… Pero A* no demuestra ninguna paciencia para poder aprender a tocar ningún instrumento y lo hemos dejado de lado.
La robótica está en auge, es una manera divertida de introducir a los niños en el lenguaje tecnológico y darles herramientas para ser creadores en el mundo digital. Bueno, pues por divertido que me parezca a mi hacer un robot mi hijo dice que no le apetece en absoluto, que me ponga yo a hacerlo si eso… Así que descartamos robótica.
Aunque ahora ya se estudia inglés en la escuela continúa siendo muy importante y requiere muchas más horas de estudio de las que entran en currículum. Si bien hacer clases de inglés extra me parece una buena forma de aprenderlo creo que donde de verdad se aprende es estando en el país de más mayorcitos (erasmus, intensivos… yo ya voy ahorrando por si a caso).
Con el básquet y el fútbol nos hemos puesto todos de acuerdo, no nos interesa para nada. A nosotros, como padres, nos parecía aburridísimo tener que dedicar los sábados o domingos a los partidos y A* nunca ha demostrado ningún interés por estos deportes. Veremos qué pasa si R* se convierte en un fanático del balón.
De momento tenemos claro que no tenemos nada claro.
Vamos probando extraescolares cada año. Parece que el teatro ha cuajado y este año repetimos pero continuamos probando, eso sí, sin pasarse que también creo que es importante ir al parque, tener tiempo para los deberes, aburrirse, jugar tranquilos en casa…
Creo que lo lógico siendo tan pequeños, es que no lo tengan claro! Ahora toca experimentar y ver con qué realmente se divierten. Y como dices, por suerte ahora hay un montón de actividades que pueden hacer.
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