
A medida que voy cumpliendo años la luz de mi piel se ha convertido en una especie de obsesión. Esa luz en la piel que da sensación de jugosidad, de tersura, de juventud, en definitiva.
A mí siempre me ha gustado cuidarme la piel porque me da esa sensación de mimo y de centrarme en mí misma, seria mi meditación envasada, pero con la edad mi piel se ha convertido en un tema importante. Bueno, tan importante como poco importante deben ser el resto de problemas de ese día para que le dedique unas reflexiones, ya sabéis como funciona esto.
Pero verme la piel luminosa sí marca una diferencia en como me veo y, por tanto, siendo sincera, también en como afronto el día (sí, soy así de superficial pero creo que no soy la única que cuando se ve mejor todo tiene más ganas de comerse el mundo, ¿verdad?).
¿Cómo devolver la luz de la juventud a la piel?
La pregunta del millón y honestamente creo que no hay manera de recuperar la piel de los veinte años pero sí hay productos que ayudan a la renovación celular y con los que mostrar nuestro yo más radiante.
Ahora mismo estoy usando un par de productos que me parecen de lo mejor para la luminosidad.
El Doux Exfoliant de Clarins es un exfoliante químico muy suave que me gusta usar unas tres veces por semana (así de suave es).Y es que siempre es mejor exfoliar suavemente de forma periódica que no una limpieza más agresiva más esporádicamente.
Way to radiance de Le Pure es una crema que consigue hidratar profundamente con una textura muy ligera y que con su mezcla de aceites consigue reactivar la piel ofreciendo un aspecto magnífico a la mañana siguiente. No puedo explicarlo de otro modo. Me encanta la línea de Le Pure porque es completamente natural y sus formulaciones son realmente activas. El precio elevado de sus productos está perfectamente equilibrado con la calidad que ofrecen, o sea que valen lo que cuestan.


Trucos que ayudan y que mejoran la sonrisa que siempre será la mejor luz para el rostro (así que a sonreír).