Los padres del parque

Voy a confesaros algo que por tonto que sea parece inconfesable:

Me gusta ir al parque con mis hijos.

No queda cool, no. En esta sociedad de maternidades idealizadas y/o estresadas algo tan sencillo como ir al parque con los niños está mal visto… Vaya, no el hecho de ir al parque en sí (que todo el mundo da por sentado que debe hacerse) si no el hecho de disfrutarlo.

Pues a mí me gusta. Y no creáis que lo digo en plan madre amantísima a la que le gusta jugar con sus hijos en el parque, no, porque en el parque los niños prefieren a otros niños que a mí. Resulta que me gusta relacionarme con otras madres y padres.

Ya sé que queda bien decir que los otros padres son un tostón, que todo el rato hablan de lo mismo y que hacen montañas de nimiedades de la escuela (igual soy yo la madre tostón que os encontráis en el parque pensaréis, y supongo que para algunos será así, que no le voy a caer bien a todo el mundo, pero brasas no soy). E incluso puede parecer patético que incluya el parque en mi vida social pero resulta que he conseguido hacer amigas entre las madres de los compañeros de mis hijos, y si en lugar de pasar dos tardes a la semana de mala gana consigo pasármelo bien, relajarme y reírme un rato creo que ganamos todos.

Los mismos que se mueven en la blogosfera p/maternal luego echan pestes de los p/madres que se encuentran en la vida real. Pues yo no solo leo blogs de padres y madres si no que hablo con ellos y he visto que pueden llegar a ser tan divertidos como cualquiera. Y no solo hablan de niños, no… también saben de series, de informática o de política.

Sencillamente, intento coincidir con aquellos que me caen mejor y/o conozco más y si no coincido con ellos, saludo educadamente a los demás y me dedico a mirar las redes sociales. Porque, ¿dónde voy a poder estar una hora sentada tranquilamente si no es en el parque?