Niños y nuevas tecnologías

El primer café de la mañana, en casa, sabe a redes. Nos levantamos y lo primero que hacemos es mirar el móvil. Un café con leche bebido a sorbitos frente a la pantalla para empezar el día despacio e informados.

Eso por parte de los padres.

Y, claro, como no podía ser de otra manera nuestros hijos siguen nuestro ejemplo. A* los fines de semana también empieza el día con su dosis de tecnología. Le gusta levantarse y jugar un rato con la Tablet antes de desayunar. Y ahora el pequeño R*, con 15 meses, se pone entre las piernas de su padre para pedirle su rato de móvil. Viendo que todo el mundo se pone frente a su pantalla el pequeño ha decidido que quiere hacer lo mismo.

Las nuevas tecnologías han traído muchas cosas buenas. Como ya os podéis imaginar aquí una amante de internet, las redes y otros inventos nuevos, no iba a ir despotricando de la nueva era de la comunicación.

Pero, igual de cierto es, que los nuevos dispositivos tienen muchos peligros. Es muy fácil engancharse a la hiperconectividad. Tenemos estímulos constantes que nos instigan a dedicar más y más tiempo a nuestros dispositivos. Es fácil olvidarse de la vida y dedicar esfuerzo a las pantallas que responden rápido a todo lo que hacemos.

Por no hablar de la hiperexposición de nuestra intimidad (como intentar guardar cierto grado de intimidad y mantener un blog personal sobre la familia es todo un reto que da para muchos posts).

Y a todo esto van a tener que enfrentarse nuestros retoños. Este es el mundo tecnológico en el que han nacido y tienen que crecer desenvolviéndose en él.

Enseñarles a manejarse en este embrollo que son las nuevas tecnologías es nuestra responsabilidad. Y es tarea ardua. Tenemos que empezar regulando horarios y no dejarlos embelesados tranquilamente. Debemos supervisar los usos que hacen de los dispositivos, qué miran, a qué juegan… Y cuánto mayores se hacen, mayores son los retos.

Adolescentes y nuevas tecnologías son un cóctel explosivo que puede dar amenazas de alto nivel como cyberbullying o sexting pero ¿debemos prohibirles los móviles para prevenir problemas?

Leyendo un post sobre el tema de Escarabajos, bichos y mariposas en el que apostaba por #móvilaloscatorce me entró la duda.

Cuando era jovencita mis padres me dejaron salir de noche mucho antes de cumplir 18 y, aunque algún día de locura tuve, y algún concierto fui en el que nos recogieron al acabar como princesas trasnochadas, siempre fui responsable y cuidadosa con lo que hacia y las compañías que frecuentaba. Y estaba contenta de que mis padres me dejaran comportarme como una futura adulta, me daba confianza en mis capacidades.

¿No deberíamos demostrar la misma confianza en nuestros hijos?

No digo que debamos dejarlos usar el móvil de forma ilimitada ni no intentar supervisar los grupos en los que se incluyen, enseñarles que es la privacidad y como no podemos exponer ciertas cosas en internet, pero de ahí a prohibirles usar el whatsapp hasta los 16 me parece que va un trecho. Porque ¿no os parece una herramienta fundamental en vuestras vidas? Y ¿no deberíamos enseñar a nuestros hijos a dar un correcto uso de las nuevas herramientas?

Aún me queda un poco lejos, pero creo que es importante reflexionar sobre qué educación queremos dar a nuestros hijos. Y ¿vosotros? ¿Qué postura adoptáis frente las nuevas tecnologías?

Fotos de AdaTikur Fotografía

P.S.: Las imágenes que ilustran este post son de un fantástico reportaje familiar que nos hizo mi amiga y genial fotógrafa, AdaTikur . Un reportaje en el que A* quiso sacar la tablet para ir haciendo sus propias fotos de la sesión. Y acabamos tan contentos que, yo que era reacia, ahora recomiendo reportajes fotográficos a todo el mundo!