Que sí, que soy muy potinguera y que a mí me dicen que un producto renueva e ilumina y los ojos me hacen chiribitas… pero, como me voy haciendo mayor y ya he probado muchas cosas, empiezo a tener mis resquemores .
Por mucho que siempre ando buscando productos milagrosos que me ayuden a conseguir una mejor versión de mí misma, he descubierto que muchas veces cuando algo me parece espectacular en el primer uso es que esconde trucos que pueden no ser el mejor amigo de mi piel. Me refiero a, por ejemplo, cuando usas un contorno de ojos que solo ponértelo puedes ver la diferencia de párpado más liso.
Mmmm…. ¿En serio? ¿Con un sólo uso? ¿Milagro? Y, mis alertas de escéptica empiezan a encenderse.
Desde mi experiencia y mis conocimientos autodidactas y para nada expertos, este tipo de productos se sustentan en dos tipos de recursos.
Por un lado pueden contener ingredientes que consiguen reflejar la luz y por tanto conseguir un efecto óptico de mejora de la calidad de la piel que sólo es eso un efecto óptico. No tiene nada de malo que un poco de luz te ayude a verte (y que te vean mejor) pero debes ser consciente de ello, es como ponerte un poco de maquillaje, no tiene nada de malo y ayuda mucho a encajar bien la cara de ojeras perpetuas que devuelve el espejo pero todas sabemos que cuando retiremos el maquillaje las ojeras continuarán ahí. Pues con este tipo de cosméticos pasa lo mismo cuando retiramos el producto las patas de gallo, líneas de expresión y demás continúan ahí, esperándonos. Si no lo tenemos en cuenta puede darnos la falsa impresión que cuando dejamos de usar el producto nuestra piel está peor y sencillamente está igual pero sin la capa de “maquillaje”.
Por otro lado pueden contener siliconas para rellenar la piel y dar una sensación de mayor tersura. Las siliconas “per se” tampoco son malas engordan momentáneamente la piel haciendo que las arrugas mejoren su aspecto y eso es algo que siempre viene bien. Sólo hace falta tener en cuenta que para que el efecto sea permanente debemos asegurarnos que las siliconas vengan asociadas a una fuente de hidratación de verdad (como el ácido hialurónico) y nunca de parafinas y otros aceites minerales que, aunque al momento consiguen dar la sensación de hidratación, resecan la piel.
Por mucho que un producto me ofrezca un mejor aspecto al ponérmelo nunca me olvido que, para asegurarme la idoneidad de lo que me pongo en la piel, hace falta mirar la lista de ingredientes. Sé que de entrada parece inescrutable pero poco a poco vas aprendiendo los cuatro conceptos importantes (aquí podéis encontrar mi pequeña introducción al tema).
Seamos realistas los cosméticos no hacen milagros así que si algo parece que hace magia con tu piel es porque tiene truco. Y a mí los trucos me gusta saberlos de antemano.
Jajajaja, a mi me pasa al contrario me compro algo que promete maravillas y lo empiezo a usar y no noto nada, he llegado a dejar de usar el producto cogerlo meses después y parecerme maravilloso. Besos
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Jaja igual es que no los dejo reposar suficiente entonces.
Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo
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